jueves, 21 de diciembre de 2017

La misión de Rian Johnson y por qué ‘The Last Jedi’ es la mejor película de ‘Star Wars’ desde ‘The Empire Strikes Back’


Hollywood se transformó por completo cuando apareció la primera película de ‘Star Wars’ en 1977, hace ya 40 años. La película de George Lucas redirigió por completo el mundo del cine y empezó a crear imaginarios culturales muy poderosos que representaron prácticamente un nuevo modelo en el sistema del cine comercial estadounidense. Desde hace un par de años, la franquicia se embarcó en una nueva trilogía con miras a insertarse en el mundo actual, determinado en gran parte por la tecnología y controlado en el consumo en esta caso por los millennials y este año en particular ha lanzado ‘Star Wars: The Last Jedi’, el segundo episodio formal de la nueva aventura (tras la interesante ‘Rogue One’) y la tarea fue encomendada a Rian Johnson, un director con alguna experiencia exitosa en el cine independiente y algo más en la televisión. La película retoma la reiniciación de la resistencia tras la baja de Han Solo y la puesta de las fichas en el tablero con dos personajes claramente puestos en contraposición reactivando las filas del lado oscuro y la fuerza rebelde con Kylo Ren (Adam Driver), el hijo de Solo y Leia (con Carrie Fisher de regreso) y Rey, la versión actualizada del elegido Luke Skywalker (Mark Hamill). La generala Leia Organa está al frente y enfrenta a su propio hijo, al mando de los ejércitos y controlado furiosamente por el truculento Snoke (Andy Serkis). 

La misión encomendada a Rian Johnson no fue nada sencilla, especialmente para alguien como él que no representa una figura reconocida en el mundo del cine. Sin embargo, Johnson se decidió a construir un entramado que le permitiera dejar la saga restaurada y fresca de cara al futuro. Eso fue precisamente lo que consiguió. Separó al grupo en varios subgrupos con misiones diversas. Por una parte, el exsoldado imperial Finn emprende la aventura en pos de su propio esfuerzo ante la Primera Orden y para esto se acompaña de la encantadora Rose (Kelly Marie Tran). Leia se acompaña de C-3PO, la vicealmirante Holdo (una preciosa Laura Dern) y Poe (Oscar Isaac) el incontenible y diestro piloto que lidera las naves rebeldes, siempre acompañado por BB8. Por supuesto, Rey (Daisy Ridley) adelanta la tarea de repatriar a Luke en compañía de Chewbacca y R2D2. En el lado oscuro se enlistan Kylo Ren, la capitana Phasma (Gwendoline Christie) y el general Hux (Domhnall Gleeson). Para resolver el asunto de los Jedi, los desmitificó utilizando a Luke (sin duda una apuesta colosal y riesgosa) para trascenderlos al mismo tiempo, incluso involucrando a Yoda. Para confrontar a los dos nuevos poseedores de la fuerza, utilizó un recurso de montaje que permite representar eficientemente la conexión psíquica e incluso la ubicuidad. Los giros argumentales son usualmente sorpresivos y progresivamente más emotivos. La película rehúye al sentimentalismo, al apego y se decide a dar un paso, a dejar en lo más alto a los mitos y hacer evolucionar a la nueva civilización creada. También logra definir el mundo de Star Wars y crear así incluso tipos de personajes, logrando que la nueva generación se alimente de diferentes personajes históricos como Solo, Luke, Leia, Vader, Obi Wan, Yoda y demás en nuevas configuraciones que viven genética y dramáticamente por ellos. Con gran destreza, emocionando con grandes recursos fílmicos que no se soportan funcionalmente en los efectos y con posturas genuinas, Rian Johnson logró abrir descomunalmente la perspectiva de la saga que dividió en dos la historia del cine comercial.

Esta es una película que tiene relaciones verticales profundas con la primera trilogía de George Lucas, que logra construir una horizontalidad coherente y que proclama la vista al futuro con los pies en el presente. Rian Johnson logró dejar muy en alto el pasado y simultáneamente plantear un futuro promisorio para la franquicia. Se diferenció notablemente de la plaga de blockbusters de superhéroes y de paso puso en evidencia la pereza y superficialidad críticas del espectador comercial contemporáneo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario