Martin McDonagh es un cineasta aún en ebullición, pero con una carrera que sin duda tiene matices destacados. Se destaca en su filmografía la fascinante y muy memorable ‘Seven Psychopaths’ (2012) y una extensión como guionista que habla de sus capacidades narrativas. Este año su película ‘Three Billboards Outside Ebbing, Missouri’ está nominada a siete premios Oscar, entre los cuales está incluida la categoría a mejor película y, por supuesto, a mejor guion, como lo marca claramente el perfil de este cineasta inglés. ‘Three Billboards Outside Ebbing, Missouri’ cuenta la historia de Mildred (Frances McDormand), una mujer divorciada que ha perdido a su hija en una situación violenta marcada por la violación y el asesinato. Ante la ineficiencia policial en su pueblo, Ebbing, Missouri, decide pagar por tres anuncios en la vieja carretera que entra al pueblo, con mensajes que presionan a Willoughby (Woody Harrelson) para entregar resultados. Esto genera una polémica extensa en el pueblo y en la comisaría se destaca la virulencia del principal apoyo de Willoughby, el oficial Dixon (Sam Rockwell).
‘Three Billboards Outside Ebbing, Missouri’ se enmarca en la gran tradición cinematográfica estadounidense, forjada especialmente desde los inicios en la obra de los colosales John Ford y Howard Hawks, entre otros, y con una época especialmente deslumbrante en la década de los setenta, con directores tan importantes como Robert Altman y John Schlesinger y Sidney Polack, entre otros. Quienes más destacadamente han tomado estas banderas han sido los célebres y agudos hermanos Coen, con una filmografía que sin duda está entre las más importantes de la historia. La película de McDonagh, (un inglés que responde a la tradición estadounidense como si del rock and roll se tratara), cumple con todos los parámetros de esta exquisita escuela gringa con nutrientes directos del western y sustentada fundamentalmente en una fortaleza dramática (de la dramaturgia) infalible y precisa, de relojería, complementada por unas actuaciones excepcionales, tanto así que Frances McDormand, Woody Harrelson y Sam Rockwell optan por llevarse estatuillas de la Academia. También resulta característica la convivencia de diferentes géneros cinematográficos, así que es usual el paso ágil entre la comedia y el drama (ahora sí el género), el thriller y el western.
Otro asunto indispensable a tratar es la gran pertinencia de los temas e inquietudes que toca esta película. Fundamentada es la gran complejidad y riqueza que distingue a los personajes de este tipo, llenos de matices, herencia directa del legendario Ethan Edwards, interpretado por John Wayne en ‘The Searchers’, de John Ford. ‘Three Billboards Outside Ebbing, Missouri’ se enfoca en el dolor, en la pena profunda que representa vivir por sí mismo. Los personajes aparecen desde una sola perspectiva y el guion, motivado por una trama precisa, elaboradísima, va girando el mecanismo que nos expone a este grupo humano y vamos apreciando sus trasfondos, sus heridas, sus conmociones internas, lo que sucede en su privacidad, siempre con sorpresas que derivan en la culpa de los otros personajes, quienes sometidos por su emocionalidad violenta han cometido todo tipo de atrocidades. Esta perspectiva característica del género, resulta especialmente precisa para tratar los temas sociales que en la actualidad radicalizan al mundo, revelando la humanidad tangible, llena de contrariedades y marcada visceralmente por una pena profunda.
En realidad, así es la vida: un amasijo de emociones y situaciones que no piden permiso para aparecer al frente en la escena. Carcajearse en medio de la tragedia es factible y además legítimo. Llorar por el paso de los días es congruente y auténtico. Encontrarse de repente al lado del opuesto es especialmente natural y frecuente. Reconocer esa complejidad es un gran mérito de esta tradición cinematográfica.
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