sábado, 17 de octubre de 2020

El asombro ante el pasado de ‘Back To The Future’ y la nostalgia minuciosa de Robert Zemeckis












En los años ochenta, la respuesta del cine al corporativismo que se tomaba el mundo entero fueron los blockbusters, esa reconversión de los grandes éxitos de taquilla en toda una saga de películas, de donde se desprenderían otras industrias millonarias a su alrededor. El primer y más grande ejercicio fue ‘Star Wars’ (1977), en donde George Lucas dividió en dos la historia del cine como industria y construyó toda una corporación de marca registrada que aún hoy sigue siendo toda una máquina inmensa de crear dinero. Después de Lucas y de Steven Spielberg, quien se convirtió en la máxima referencia del cine comercial gringo y aportó su trilogía de Indiana Jones, el turno fue para Robert Zemeckis, de la misma generación de los dos anteriores, quien ya había despuntado especialmente con su vistazo nostálgico a la beatlemanía en ‘I Wanna Hold Your Hand’ (1978) y sobre todo la memorable ‘Romancing The Stone’ (1984), protagonizada por Michael Douglas, Kathleen Turner y Danny DeVito. Su entrega en forma de trilogía empezó con ‘Back To The Future’ (1985) en donde construyó un clásico generacional de masas, protagonizado por Michael J. Fox (la estrella juvenil del momento) y Cristopher Lloyd. Nos cuenta la aventura de Marty (Fox), un joven adolescente que vaga por Hill Valley, un pequeño pueblo modelo en las profundidades de Estados Unidos, quien mantiene una amistad llena de curiosidades con el marginado Dr. Emmet Brown (Lloyd), mientras que su familia retoza en el fracaso y la vergüenza. El Doc Brown le comparte el mas grande de sus inventos: un automóvil DeLorean convertido en maquina del tiempo. En la demostración, Michael J. Fox es lanzado por accidente a 1955, en el mismo pueblo, con los suburbios donde está su casa apenas en fase de proyecto.

Zemeckis convierte el pueblo modelo americano (no solo de Estados Unidos) en el microcosmos del viaje en el tiempo, de la especulación como punto partida de la ciencia ficción. Sin escapar nunca de los márgenes de Hill Valley como resumen del mundo, Marty regresa hasta el mismísimo origen de su vida, de su existencia, se transporta al retrato de su propia prehistoria, justo en el preámbulo en el que sus padres deben encontrarse para que sus hermanos y él mismo se conviertan en una realidad verídica. En el viaje, solamente lo acompaña desde esa perspectiva de la conciencia de la aventura el Doc Brown, una reconversión del Dr. Frankestein en el mundo Pop, quien con su monstruo en forma de automóvil futurista. El café, en la plaza central del pueblo, es el sitio de los encuentros y los desencuentros, en donde se cuecen las relaciones sociales y ahí se construyen identidades transversales en la vida de Marty, de su familia y de Hill Valley. La torre del reloj, erguida como todo un símbolo de la aventura temporal, concentra la historia completa de la ciudad, registra los acontecimientos que determinan el destino de todo un pueblo que es la humanidad. Marty nos invita a mirar a través de sí mismo el pasado, aquel lugar del que todos hemos escuchado y nuestra imaginación ha proyectado sin fin con el estímulo del relato adaptado de los padres. Marty se encuentra cara a cara con su propio y denostado padre a su propia edad, con su propia madre en la penumbra, como ángel protector, que al hacerse la luz se convierte en demonio incestuoso que lo mira con ojos de mujer. El Doc Brown del pasado, de su nuevo presente, es el único en aquel microuniverso que puede comprender su propia perspectiva, que puede situarse con él en su lugar, y desde que lo consiguen, construyen una amistad que factualmente atraviesa el tiempo, de amigos que se encuentran en cualquier escenario espacio-temporal para rescatarse del mundo. El guion de Bob Gale nos plantea a través de la trama lo que significa pararse sobre el inmenso poder de conocer el futuro, la tentación irresistible de transformarlo, la multiplicación de los posibles efectos que se convierten en nuevas causas, e incluso las causas que se convierten en efectos, en paradojas interminables que reconstruyen vidas enteras.


4 comentarios:

  1. Me ha llamado la atención cómo has expresado el argumento de esta película. Preciosas apreciaciones y maravillosas palabras. Tu crítica produce una nueva manera de apreciar ciertos detalles de la tan conocida película que tantas veces he vistoy, sin embargo, tus palabras me ha hecho ver desde otro ángulo. Gracias por la aportación. Muy buena crítica!

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  2. Me ha llamado la atención cómo has expresado el argumento de esta película. Preciosas apreciaciones y maravillosas palabras. Tu crítica produce una nueva manera de apreciar ciertos detalles de la tan conocida película que tantas veces he vistoy, sin embargo, tus palabras me ha hecho ver desde otro ángulo. Gracias por la aportación. Muy buena crítica!

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