La mujer es uno de los temas fundamentales del cine en
tiempos en los cuales se está repensando la concepción entera de la mujer en la
historia del mundo. Por supuesto, los asuntos de política social nunca han sido
especialmente ajenos a Hollywood, ni al cine estadounidense en general. Una de
las cineastas que despuntan en ese contexto es Greta Gerwig, quien tras una
nutrida filmografía como actriz y guionista (en donde se destacó su trabajo con
Noah Baumbach), se ha enfocado en fortalecer su presencia en el escenario como
directora. Tras su ya distante ‘Nights and Weekends’ (2008), codirigida con Joe
Wanberg, Gerwig se metió a la carrera por el Oscar con ‘Lady Bird’ (2017) y de
nuevo vuelve a las listas de nominados de la Academia, con ‘Little Women’, con
una adaptación de la clásica novela germinalmente feminista de Louisa May Alcott ‘Little Women’ (2019), la quinta
de esta obra recurrente en el cine, que ha contado con directores como George
Cukor y Gillian Armstrong y actrices como Katherine Hepburn y Wynona Rider.
‘Little Women’ narra la historia de tránsito de la adolescencia a la adultez de
un ramillete gracioso y diverso de jóvenes hermanas aristócratas con el
trasfondo de la Guerra de Secesión. Cada una de ellas quiere plantearse la vida
en sus propios términos, aportando una perspectiva diferente a la condición
femenina. La adaptación de Gerwig se centra de forma especial en Jo March
(Saoirse Ronan), la más independiente y liberal de las hermanas, quien tiene
grandes sueños literarios y se enfrenta a las imposiciones de rol que sufren
las mujeres en ese contexto histórico.
La adaptación de Gerwig resulta fresca y especialmente
funcional para comprender asuntos de fondo en la discusión alrededor del
feminismo que es tan frecuente en nuestros tiempos. El ensamble de personajes
se distancia notablemente lo coral para darle relevancia a Jo, quien estará
presente alternativamente en la línea argumental de sus hermanas, todas ellas
emulaciones de las musas como la misma Jo. Meg (Emma Watson), con dotes histriónicos
pero más tradicionalista que las demás; Amy (Florence Pugh) pintora de
habilidades técnicas especiales, pero siempre inestable y Beth (Eliza Scanlen),
con destreza para el piano y frágil siempre recluida en el seno familiar. Todas
viven en una pequeña sociedad matriarcal con Marmee (Laura Dern), su
madre, y la tía March (Meryl Streep),
epítome de la independencia femenina. Gerwig consigue que la esencia siempre
lúdica de la historia original resulte didáctica para plasmar diáfanamente la
perspectiva femenina en sociedades patriarcales que se presentan como
secundarias, pero inamovibles. Inclusive, el personaje de Laurie (Timothée
Chalamet), resulta simplemente caprichoso e inmaduro, pero determinante en el
destino de los personajes principales. Por supuesto, como lo requiere la
recreación de la época, la dirección de arte, especialmente el vestuario, a
cargo de Jacqueline Durran, sirve para caracterizar de forma típica la
personalidad de cada quien en el grupo de mujeres. Además, Gerwig plantea soluciones
de dirección y edición que resultan especialmente efectivas para comparar la
transición que viven las hermanas, repitiendo composiciones en diferentes
planos para corroborar el cambio en la situación de cada personaje. Este
proceso resulta especialmente útil en la adaptación porque extrae de forma muy
efectiva la esencia de cada situación y evita que el contexto histórico lo
distancie del tiempo en el que vivimos ahora. Gerwig saca todo el provecho
posible del contexto histórico desde el punto de vista estético, y además la
química que fluye naturalmente en esas reuniones familiares femeninas. De la
misma forma, los escenarios naturales nos acogen siempre de cerca a las
representaciones musicales y pictóricas de la época. Mientras tanto, el lenguaje
es siempre accesible, con representaciones emocionalmente identificables y muy
precisas por parte de todo el elenco. El cotejo constante entre los diversos
arcos argumentales y los diferentes escenarios permite apreciar con amplitud un
mapa completo de la feminidad.