sábado, 10 de noviembre de 2018

La potencia de Queen, la superficialidad de ‘Bohemian Rhapsody’ y la tarea de Byan Singer

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Una de las películas más esperadas en el panorama del cine comercial de este año 2018 ha sido ‘Bohemian Rhapsody’, la biopic de Freddie Mercury, el espectacular vocalista de la legendaria banda de rock inglesa Queen. La tarea se le encomendó a Bryan Singer, quien ya se anotó un clásico generacional con la muy efectiva ‘Usual Suspects’ (1995) y ha estado muy presente en la oleada de superhéroes con varias películas de la saga ‘X-Men’, en la década anterior y en la actual. Para encarnar a Mercury, se eligió a Rami Malek, reconocido por su trabajo en la televisión como protagonista de ‘Mr. Robot’. ‘Bohemian Rhapsody’ se centra en la historia de Queen teniendo como eje central la de Freddie Mercury, desde que se unió al grupo hasta su célebre presentación en el multinacional concierto de ‘Live Aid’. En este recorrido, se exploran diversas etapas conocidas o al menos familiares incluso para los seguidores más modestos de este recorrido. Por supuesto, no es casualidad que un experimentado director de películas de superhéroes se haga cargo de esta tarea.

La película transita de forma veloz y superficial por años especialmente agitados en la vida de un ser humano intenso y pasional, lo cual en parte se explica obviamente por la necesidad de ahorrar tiempo, pero también porque no es precisamente el interés de la cinta el abordar esos avatares. Tan solo unos cuantos diálogos agudos y la resolución solo ilustrativa de momentos cruciales en la vida del artista, tratando de ir formando el perfil de un superhéroe, algo que por supuesto Singer sabe hacer con destreza por su propia experiencia profesional. Entonces tenemos una turbulencia humana de fondo y un poder en primer plano, como cualquier X-Men, incluso con un Malek que tiene toda la pinta de freak mutante, que hace un buen trabajo corporal para un requerimiento complejo, aunque en los primeros años por momento evoca más a Mick Jagger que a Freddie Mercury. Por supuesto, los secundarios son Brian May, Roger Taylor y John Deacon, elegidos con precisión de cosplay detallado.

Singer y los productores saben muy bien que ellos también tienen un superpoder para utilizar y conquistar el mundo: la potente y esplendorosa música de una de las mejores bandas en la historia del rock, con quien suele encabezar los listados expertos como el mejor vocalista que ha dado el rock. No tienen pues ninguna necesidad de arriesgarse ahondando en las oscuridades del gran Freddie, cuando tienen toda la oportunidad de crear un blockbuster multimillonario que se tome el mainstream. De hecho, en la película es notorio la diferencia en el concepto cuando la música se hace presente para deleitarnos a todos. Se han creado nuevos videoclips que regeneran los muy trabajados de Queen en su propia época, y se puede aprovechar la experiencia que se disfruta en la sala al entrar al fondo de la música misma. La homosexualidad, las drogas, las discusiones, el origen indio y todos esos temas no caben en una película que está llamada a recaudar millones de dólares a nivel global y entretener reencauchando música especialmente potente, que domina a cualquier público mínimamente sensible.

Desde el jingle de la Twentieth Century Fox tocado con el estilo lírico de Brian May, la película promete para los adultos contemporáneos un viaje nostálgico y emocional, mientras que prepara a los jóvenes del momento para disfrutar de una nueva entrega en el cine de superhéroes. Por supuesto, lo mejor son los últimos veinte minutos, en donde efectivamente estamos involucrados, como en una experiencia de realidad virtual, en la presentación de Queen en Live Aid, para terminar con las emociones en alto, como quien sale de un gran concierto, precisamente. En ese punto, podemos apreciar verdadera destreza cinematográfica, aunque sea enmarcada en las pretensiones exclusiva y válidamente comerciales de la película. Al salir de la sala se siente que no se desperdició el costo de la entrada. Y ese era el objetivo. Lo mejor de todo es que Queen está de nuevo reinando en el mainstream. Se le necesitaba.

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