miércoles, 4 de octubre de 2017

De las sensaciones de ‘Mother!’ a las pulsiones de Darren Aronofsky



Darren Aronofsky está de vuelta y lo hace como si gritara con un altavoz para llamar la atención de todos, como lo ha hecho en realidad desde que se posicionó en la élite del cine mundial. En esta ocasión, lo hace con ‘Mother!’, que de entrada tiene la gran virtud de ser una obra absolutamente original, de su propia autoría, que no es una adaptación, ni un reboot, ni un remake, ni nada más que sí misma. Algo que increíblemente es para destacar en el mainstrean hollywoodense de la actualidad. Mother cuenta la historia de mother (Jennifer Lawrence) y Él (Javier Bardem), una pareja con diferencia de edades que vive en una casa reconstruida por ella en medio del campo, mientas Él (Him), es un escritor bloqueado y disperso. Reciben la visita de un hombre (Ed Harris), médico enfermo, admirador de Él, quien recibe posada y pronto convoca a su mujer (su esposa, Michelle Pfeiffer). Toda esta situación se agarra de raíz a los cimientos de esta casa ante la angustia mortal de mother.

Desde el comienzo de esta película estamos sobre el rostro de mother con nuestra mirada flotando como si fuéramos un apéndice orgánico de esta mujer abrumada por esta contaminación constante de su entorno a la que se somete desde el primer momento. La mirada es larga y solo cambiamos el panorama cuando se mueve la mirada, cuando nuestra mirada también es sometida a la agitación como espectadores. Esta es una casa inmensa pero la casa se reduce centímetro a centímetro hasta que sentimos claustrofobia, ahogo, estrangulación, como mother, como su aire. La luz y el aire escasean hasta instancias urgentes. Aronofsky sabe hacer, sabe ejecutarlo, sabe bien que el cine es una experiencia y que aquí se construye pieza a pieza, cuadro a cuadro. Se compone como una receta de cocina, ingrediente a ingrediente, pensando cada una de las imágenes fotográficas y pictóricas, casi en los fotogramas. Y todo es creciente. La casa se inunda, se infecta.

Como espectadores hacemos el máximo esfuerzo posible para convencernos a nosotros mismos de que las cosas “todavía son normales”, que son probables. Después nos conformamos con que solo sea posible. Pero el problema surge cuando se rompe lo imposible. ¿Por qué? Porque de las sensaciones de ‘Mother!’ a las pulsiones de Aronofsky hay una distancia inconmensurable, de proporciones bíblicas, como lo son aspiracional y temáticamente las expectativas de trascendencia de esta película. Las sensaciones son construidas con suma destreza, pero se agotan después de la técnica. Porque las pulsiones de Aronofsky son débiles, dudosas, sospechosas, inciertas como llega a serlo la vida de mother y de ‘Mother!’. ¿Qué podemos vislumbrar, incluso desde la distancia, del palpitar expresivo de Aronofsky? Poco o casi nada. ¿Existe realmente una intención o una necesidad que tenga que ver con el ser biológico que corresponde al nombre de Darren Aronofsky? No se ve. Al menos es difusa y aquí la difusión no es favorable, como sin duda lo es en la trama fílmica. Por eso al pasar decididamente del terror a la farsa se rompe la burbuja de sangre prefabricada tan armoniosamente.

A “Mother!” le conviene bastante poco que el espectador tenga vista y fresca en la memoria la deliciosa ‘Rosemary’s Baby’, de Roman Polanski. Película trascendida del exquisito humor negro del director franco-polaco y que reflexiona a profundidad acerca de la maternidad. Todo un clásico del terror en la historia del cine. Aronofsky siempre ha querido más, superar la reflexión, irse muy arriba o meterse muy adentro, transgredir. Se siente incómodo en la media, en la sencillez. Sorprendentemente, su película más destacada, más diferenciada en toda su filmografía, es The Wrestler, donde las pulsiones son registrables en nuestro mecanismo de percepción humana. Con más frecuencia de lo pensado, los ejemplos opuestos prueban mejor que ningún otro que lo simple es lo más complejo de conseguir. Hasta el más cuidado cristal se rompe en pedazos sin la verdad . Una paradoja de Aronofsy sobre su propia película.

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