sábado, 13 de junio de 2020

La voz reivindicativa de Spike Lee y las heridas abiertas de ‘Da 5 Bloods’


Da 5 Bloods' Review: Spike Lee's Vietnam Saga, Heist Thriller ...


La historia del cine independiente estadounidense no podría comprenderse sin la presencia original de Spike Lee. El director de Atlanta es tal vez la figura más singular de aquella generación de independientes que se forjaron en los años ochenta, bajo el fuego de las primeras franquicias de blockbusters, junto a otros históricos como Jarmusch, los Coen y Tarantino. Lee se paró sobre la descomunal y diversa cultura urbana afrodescendiente de los Estados Unidos para discutir todos los niveles de la vida de los negros en la potencia planetaria, desde lo más individualmente íntimo hasta lo más colectivamente político. Parado sobre los hombros del potente blaxploitation, pero también en la poesía de cineastas como Charles Burnett y, como todos los de su generación en la independencia contracultural surgida en los sesenta, Lee se ha consolidado como todo un referente cultural para comprender la trascendencia de la comunidad afroamericana de los Estados Unidos. Con una carrera extensa y llena de brillo, apenas el año pasado Spike Lee recibió su primer premio Oscar, y lo consiguió por el guion de su muy disfrutable ‘BlacKkKlansman’ (2018). Esta semana estrenó en Netflix su nueva película, justo cuando nuevamente se agitan las manifestaciones de la comunidad afroestadounidense por otro crimen racista de la policía, como lo fue en el caso de George Floyd. La película se titula ‘Da 5 Bloods’ y nos relata el viaje de cuatro veteranos negros de la Guerra de Vietnam, Paul (Delroy Lindo), David (Jonathan Majors), Otis (Clark Peters) y Eddie (Norm Lewis), quienes regresan esa tierra llena de memorias dolorosas para reencontrar los restos de Stormin’ Norman (Chadwick Boseman), el quinto de ‘Los Sangres’ y además todo un tesoro que está enterrado con él.

 

‘Da 5 Bloods’ es una pieza ejemplar del cine de Spike Lee. Tiene la capacidad de moverse con gran naturalidad desde el humor más espontáneo hasta la trascendencia espiritual de todo un pueblo y su historia. La película narra acciones paralelas sobre el mismo espacio, que se diferencia por una transformación de color y la relación de aspecto de imagen. Spike decidió no utilizar actores jóvenes para los acontecimientos de la guerra y eso le da un aura místico al personaje de Stormin’ Norman, representando claramente la prevalencia de los traumas en aquellos veteranos. Spike también acompaña la ficción con valioso y pertinente material de archivo que le da un impulso vital y emocional a todo el drama que reposa en el fondo de una comedia encantadora. Por supuesto, el viaje en busca del horror rememora inevitablemente el ‘Apocalypse Now’ (1979), de Coppola y el grupo fraterno y lleno de vicios y debilidades recuerda la gigantesca ‘Los siete samuráis’ (1954), de Kurosawa. A fin de cuentas, nuevamente se trata de la inmersión profunda hacia los temores, hacia los dolores, hacia las heridas aún sangrantes. La voz de Marvin Gaye pareciera ser el canal trascendente que sirve para llegar hasta el fondo de ese mar que siempre lució abrumador por ser una fuente inagotable de dolor. Por supuesto, es indispensable, como siempre, la mirada de Lee sobre la historia de su propia comunidad negra en relación con todo Estados Unidos como Estado completo. Una historia de oprobio que parece no terminar nunca, que se renueva precisamente como las penas. Esa exhibición plena de las injusticias es además generosa, porque incluye también a los vietnamitas y reivindica a quienes después de tanto tiempo siguen tratando de devolverle la dignidad a quienes se la arrebataron. Lo mejor de todo es que la observación de Spike Lee es intensa y diversa, sin ser excluyente, apostándole con valentía a pensar en las causas dolorosas de la lamentable presencia de Trump en la Casa Blanca, sin ningún tipo de resquemor y por el contrario siempre invitando a la colectividad como medio de auténtica salvación.

 

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