viernes, 4 de mayo de 2018

El distanciamiento infinito de ‘Avengers: Infinity War’ y los trabajos forzosos de los hermanos Russo

















Es toda una obviedad decir que los blockbusters de superhéroes se han tomado las taquillas del cine a nivel mundial durante esta década. La confrontación histórica entre las editoriales DC y Marvel se ha trasladado a inmensos y multimillonarios estudios de producción. Podría decirse que la gran insignia de Marvel y del subgénero ha sido ‘Avengers’, la reunión de estrellas de este y otros mundos, que desde ‘The Avengers’ (2012) ha desatado una cantidad de películas de superhéroes que ha llevado al éxtasis a unos y a la náusea a otros. La más reciente entrega de los ‘Avengers’, el récord histórico de taquilla a nivel mundial, ‘Avengers: Infinity War’, ha dado de que hablar en todo el mundo, especialmente en las redes sociales. La mayor cantidad posible de superhéroes de Marvel (en la ficción y en los negocios reales) se reúne para detener al descomunal y todopoderoso Thanos, una bestia extraterrestre que está reuniendo gemas en su guante para controlar el universo entero y activar así un genocidio que desde su punto de vista purificará la vida misma. Todo un argumento para reclutar extremistas.

Con este planteamiento, la película empieza a desenredar una bola de estambre descomunal, en donde los Russo tendrán que darle cabida suficiente a una cantidad histórica de superhéroes que necesitan  más que la línea de diálogo de un extra, porque justamente la aparición sucesiva y contundente de héroes es la expectativa de los millones de fanáticos que han comprado boletos para ver este espectáculo del entretenimiento. Cada vez impresiona más ser consciente de que ya casi el 90% de lo que aparece en la pantalla no es verdad, en todo el sentido de esa palabra. Esa distancia sí que es realmente infinita y no nos queda más que ver cómo se desenvuelve todo en unas dimensiones cósmicas, universales, interminables, inaccesibles para cualquiera de nosotros. Cada vez vamos a vernos en menor medida relacionados con las vidas prácticamente inextinguibles de estos superhéroes y supervillanos, con ambiciones estratosféricas, que no se parecen en nada a nosotros y se desenvuelven en un escenario que para nosotros no es ni siquiera una aspiración. La saturación es colosal y para muchos representará la emoción constante de ir a las salas a vivir una experiencia de total fantasía, cada vez más distante de la ciencia ficción que durante mucho tiempo fue la casa de los superhéroes. Para otros de nosotros resulta ser la deshumanización de los blockbuster, distantes al contacto, a la identificación que podíamos sentir con películas realmente entrañables como ‘Back to the future’, los viejos superhéroes del cine como las películas del Supermán de Cristopher Reeve, que tenía peleas en las cantinas y conquistaba con las desventajas de Clark Kent. Incluso hay más calidez y reconocimiento en ‘The Lord Of The Rings’ o ‘Harry Potter’, los fenómenos del blockbuster que se tomaron la primera década del siglo.

Los hermanos Russo, que se han convertido en las estrellas de la dirección de Marvel Studios, han emprendido un trabajo seguramente muy bien pagado pero no por ello poco forzoso en la práctica. Contaron con dos guionistas, Cristopher Markus y Stephen McFeely, quienes tienen que resolver en dos horas y media una trama que al menos debería ser la de una miniserie de televisión. Esto deriva invariablemente en la caída permanente sobre los clichés, que sin duda ahorran tiempo, pero no logran evitar que todo se perciba superficial, intrascendente, en unas cantidades, capacidades y espacios de la ficción que pretenden ser profundos y hasta filosóficos, en donde a duras penas hay dos o tres escenas de verdadera actuación, de auténtica interacción entre personas de carne y hueso en la realidad del set. La desproporción climática hace que todo sea plano, así que no hay que escalar ningún tipo de montaña para llegar a la cima, porque la cima está siempre, todo estalla, todo es una respiración acelerada, con espacios en los que todo parece aturdimiento. ¿Ya no hay espacio para identificarse con un superhéroe?

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